HISTORIA DE LA COFRADÍA

Históricamente en la ciudad de Zaragoza, dos instituciones se encargaban de realizar procesiones durante la Semana Santa: la Venerable Orden Tercera de San Francisco de Asís y la Hermandad de la Sangre de Cristo, ambas con sede en el convento de San Francisco.

El 10 de febrero de 1809, durante el segundo Sitio de Zaragoza, las tropas francesas dinamitaron el Convento de San Francisco, lugar donde se guardaban todas las imágenes procesionales. El resultado de esta voladura fue la desaparición de todas las imágenes salvo la del Cristo de la Cama –propiedad de la Hermandad de la Sangre de Cristo– que fue rescatada heroicamente de las ruinas por María Blázquez y trasladada al Palacio Arzobispal.

Tras la guerra, en 1813, la Hermandad de la Sangre de Cristo trasladó su sede a la Real Capilla de Santa Isabel de Portugal. En esta nueva ubicación se comenzaron a elaborar los nuevos pasos de la Semana Santa, incluyendo en 1847 la talla del Descendimiento realizada por el escultor bilbilitano José Alegre.

En aquellos años, los pasos eran portados en procesión por los llamados “Terceroles” –campesinos contratados por la Hermandad para dicha labor–.

Tras unos años en los que no se pudo celebrar la procesión del Santo Entierro debido a la delicada situación política que se vivía en la ciudad, en 1935 se vuelve a celebrar el desfile procesional. En ese mismo año tienen lugar dos acontecimientos que marcarán el desarrollo futuro de la Semana Santa de Zaragoza. El primero de ellos fue el incendio intencionado la noche del 9 al 10 de abril en el almacén donde se guardaban los pasos procesionales, ya preparados para el Santo Entierro, y del que se salvaron todos excepto el de la Entrada de Jesús en Jerusalén. Por otro lado, el 19 de Abril, los Terceroles atemorizados por la situación, se declararon en huelga y la Hermandad de la Sangre de Cristo pidió ayuda a distintas asociaciones católicas para poder realizar la procesión. Entre estas asociaciones, se encontraba la Real Congregación de la Anunciación de Nuestra Señora y de San Luis Gonzaga, y muchos de sus congregantes asistieron para portar los pasos.

Estos acontecimientos impulsaron a las Congregaciones Cristianas a crear las actuales Cofradías penitenciales como instrumento para expresar públicamente su fe.

Fundación de la Cofradía

Durante los años de la guerra civil española, en los que muchos congregantes eran enviados al frente, se empezó a fraguar en el seno de la Congregación la idea de fundar una Cofradía y es el P. Juan F. Zubiru S.J. –director de la Congregación desde 1933– quien decidió esperar al final del conflicto armado para llevar a cabo este proyecto. Pocos datos existen de estos años convulsos pero hay constancia de que la Iglesia de Santa Catalina acogió las celebraciones de las congregaciones jesuitas tras la expulsión de la Compañía de Jesús.

Al acabar la guerra, y con todos los hermanos congregantes de nuevo reagrupados, se eligió el paso del Descendimiento de la Cruz como paso titular de la futura Cofradía. Las razones de esta elección fueron, la presencia en el grupo escultórico de la figura de la Virgen que representaba el carácter mariano de la Congregación y que en sus orígenes tomaría la advocación de Nuestra Señora de las Lágrimas, y el haber sido el mismo paso que portaron los congregantes en el Santo Entierro de 1935.

De esta manera, se estableció el nombre de Cofradía del Descendimiento de la Cruz y Lágrimas de Nuestra Señora, y el 4 de Noviembre de 1939 se solicitó oficialmente a la Hermandad de la Sangre de Cristo entrar a formar parte como filial de la misma, obteniendo respuesta afirmativa por parte de la Hermandad el 2 de Diciembre de ese mismo año y cediendo el usufructo del paso –propiedad de la Hermandad de la Sangre de Cristo-. Además, se estableció como sede social la misma sede que la de la Congregación –en la calle Requete Aragonés Nº12— y se fijó como sede canónica la Iglesia de San Cayetano.

Este carácter mariano de la Congregación quedó reflejado en el nombre que adoptó: Cofradía del Descendimiento de la Cruz y Lágrimas de Nuestra Señora.

Los primeros estatutos datan de 1939 y constan de ocho artículos que se remitieron a la Hermandad de la Sangre de Cristo para su aprobación. Dicha Hermandad, añadió tres artículos más y los estatutos fueron aprobados por el arzobispado el 22 de mayo de 1942.

 

En ellos se indicaba la principal finalidad de la Cofradía: Incrementar entre los cofrades-congregantes el culto y la devoción a la Pasión de Nuestro Señor y a los Dolores de su Santísima Madre. Además se acordó que únicamente podían pertenecer a la Cofradía aquellos congregantes de la Real Congregación de la Anunciación y San Luis Gonzaga activos u honorarios, y miembros varones del resto de congregaciones marianas, siempre que hubieran cumplido la edad de dieciséis años. Se regía por una Junta Directiva compuesta por un Director Espiritual -consiliario-, que sería siempre el director de la Congregación, un hermano Decano -a los presidentes del resto de Cofradías se les llamaba Hermano Mayor, al pertenecer la de los Luises a una congregación de universitarios, se denominó hermano Decano- y además, se completaba con un vicedecano, un tesorero, un secretario y seis vocales.

Se adoptó como escudo de la Cofradía el anagrama de las congregaciones marianas enmarcado en un hexágono cuyo significado es “A Cristo por María” y, tras un concurso de ideas, se eligieron los colores blanco y morado para el hábito y el capirote de los cofrades.

De 1940 a 1970. ”Primera salida procesional”

El 22 de marzo de 1940 se realizó la primera salida procesional participando en la Procesión del Santo Entierro, el Viernes Santo.

Un año más tarde, además de participar en la Procesión del Santo Entierro, tuvo lugar la primera salida como Procesión del Descendimiento. Esta procesión se llevó a cabo el Martes Santo, hasta que en 1963 se trasladó al Jueves Santo por causas laborales y ante la coincidencia con la época de exámenes en el colegio. El recorrido de esta primera procesión titular fue: Iglesia de la Magdalena, Coso, Alfonso, Manifestación, finalizando en la Iglesia de Santa Isabel.

La procesión partió en sus dos primeros años de la Iglesia de Santa María Magdalena, y es en 1943 cuando tanto la Congregación como la Cofradía eligen como sede canónica, la Iglesia del Sagrado Corazón –tras la bendición de este nuevo templo el 11 de junio de 1942–.

El final de la Procesión tenía lugar en Iglesia de Santa Isabel de Portugal –San Cayetano-, quedando allí la imagen del Descendimiento hasta la salida de la Procesión del Santo Entierro.

El primer programa de actos de Semana Santa del que se tiene conocimiento, data de 1948 –publicación que se ha seguido editando ininterrumpidamente hasta la actualidad–.

En 1949 D. Arturo Guillén Urzáiz, quien acompañó a la Cofradía representando al Ayuntamiento en varias ocasiones, donó el rostro de una dolorosa. La Cofradía encargó a los hermanos José y Joaquín Albareda que le dieran forma, uniendo el rostro a un cuerpo y unas manos que ellos mismos moldearon. A su vez, se comenzaron las gestiones para la construcción de una carroza para la nueva Virgen de las Lágrimas.  Esta nueva imagen motivó la creación en 1950 de la sección de ‘Damas de Honor’ para vestir a la Virgen y guardar sus vestimentas, aunque no eran cofrades, pues solo podían ser los varones.

La Virgen de las Lágrimas procesionó por primera vez al año siguiente, haciéndolo inicialmente sólo en la Procesión del Descendimiento hasta que, a partir de 1968, se recibe la autorización del Sr. Arzobispo y de la Hermandad de la Sangre de Cristo para participar en la Procesión General del Santo Entierro.

En 1954 se modificaron parcialmente los estatutos, y como novedades más significativas se abrió la posibilidad de pertenecer a la Cofradía a miembros varones que no perteneciesen a una congregación mariana, previo informe al Hermano Director. Además, se incorporó a los estatutos la sección de Damas de Honor de Nuestra Señora de la Lágrimas, formada por mujeres no cofrades.

 

En un principio, los desfiles eran acompañados por bandas de música militares o de distintas instituciones, hasta que en 1959, serían los propios cofrades los que crearon una sección de instrumentos, que tendría su estreno procesional en 1962, saliendo a la calle diez tambores y dos timbales.

En 1961 la escasez de hermanos, unos 150, hizo la necesidad de incrementar el número de cofrades. El entonces consiliario, animó a estudiantes del Colegio del Salvador y a los miembros de la Congregación a pertenecer a la Cofradía, siendo una labor costosa pero fructífera, ya que en cuatro años la Cofradía alcanzó los 340 hermanos.

En 1963 previa votación en Capitulo General y con el consentimiento tanto de la Hermandad de la Sangre de Cristo como del Director de la Residencia del Sagrado Corazón, se decidió cambiar la procesión del Descendimiento al Jueves Santo. Este cambio fue debido a causas laborales así como a la coincidencia con las fechas de exámenes en el colegio.

Los años 1969 y 1970 fueron críticos en la vida de la Cofradía, la desaparición de la Real Congregación de la Anunciación de Nuestra Señora y San Luís Gonzaga provocó que no hubiese Consiliario al compartir cargo con el del Director de la Congregación. Además de esto, se destinó al padre Pablo Garayoa, SJ -consiliario en esa época- a San Sebastián y el Colegio del Salvador abandonó su ubicación original para trasladarse al nuevo barrio de la Romareda. Estos hechos, provocaron la paralización de la Cofradía por falta de actividad, aunque en ningún año se dejaron de celebrar las procesiones de Semana Santa.

De 1971 a 1980. Procesión de Las Lágrimas, noche de Martes Santo

Un grupo de jóvenes cofrades tomaron las riendas para que la Cofradía no desapareciera. Al no existir la Congregación no había Consiliario y, al ser la mayoría los cofrades estudiantes del Colegio, pidieron ayuda al Padre Cavero SJ, por entonces profesor, quien aceptó el ofrecimiento y consiguió que la Cofradía fuese aceptada en el nuevo Colegio.

En 1972 se planteó una reestructuración dentro de la Cofradía para revitalizar su actividad. El cambio más importante fue la creación de una nueva procesión el Martes Santo. Saliendo desde el Colegio del Salvador  –lugar donde se guarda la imagen de la Virgen de las Lágrimas–, se trasladaba esta imagen hasta la Iglesia del Sagrado Corazón. Fue una manera de volver a recuperar el vínculo con el Colegio, perdido tras la desaparición de la Congregación.

A esta procesión se le llamó Procesión de las Lágrimas y durante el recorrido se realizaron cinco predicaciones acompañadas cada una de ellas por jotas aragonesas con letras alusivas a la Virgen. Las primeras letras de las jotas fueron compuestas por el padre Cavero, SJ.

Esta decisión causó gran impacto en la Semana Santa de Zaragoza provocando, incluso, que varias Cofradías también realizaran sus desfiles procesionales acompañados de jotas.

Otro cambio importante para la Cofradía fue el permitir que la mujer pudiese formar parte de la Cofradía reanudando la actividad de las antiguas Damas de Honor de la Virgen de las Lágrimas –llamadas desde entonces Camareras de la Virgen– y pudiendo ser cofrades de hábito desde el año siguiente.
 
Este mismo año se instauraron los turnos de vela ante los pasos, realizándose la tarde del Jueves Santo y durante el Viernes Santo hasta el comienzo de la procesión –tanto en la iglesia del Sagrado Corazón, con la Virgen y el Monumento, como en San Cayetano, donde estaba el Descendimiento–.

En 1975 se incorporó el bombo a la sección instrumental. De esta manera, llegó al Descendimiento el sonido tradicional del Bajo Aragón.

A pesar de todos estos cambios, la situación social que se vivía en España en los últimos años de la década de los 70, provocó la disminución del número de cofrades y su participación en las procesiones. Tal fue esa cuantía de bajas que la Junta Directiva se planteó la posibilidad de disolver la Cofradía.

De 1981 hasta la actualidad

La década de los 80 comenzó con la idea de realizar algunos cambios, por ello en 1982 se presentaron nuevos estatutos que introdujeron como novedad más importante la elección de los miembros de la Junta por parte de los Hermanos Cofrades. Tras la aprobación de los mismos, se constituyó una nueva Junta Directiva acorde al nuevo reglamento. Además de esta novedad, se cambió el domicilio social de la Cofradía de la Real Congregación –ya desaparecida- al Colegio del Salvador y se eliminó de los estatutos la obligatoriedad de ser varón para ingresar en la Cofradía.Además de esta novedad, se cambió el domicilio social de la Cofradía de la Real Congregación –ya desaparecida- al Colegio del Salvador y se eliminó de los estatutos la obligatoriedad de ser varón para ingresar en la Cofradía.

Dos años más tarde se nombró a Nuestra Señora del Pilar como Hermana Mayor Honoraria. En mayo de 2005, la Cofradía donó un manto a la Virgen del Pilar bordado por varias hermanas camareras y en el que destaca el escudo de la Cofradía en su parte central. Dicho manto, luce durante la eucaristía que anualmente celebra la Cofradía en el interior de la Basílica.

A partir de 1984 se realizó el acto del Sermón del Descendimiento “José, tomando el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo depositó en su propio sepulcro”. Hasta 2007 se celebró en la portada de la Basílica de Santa Engracia, y desde entonces frente a la Iglesia del Sagrado Corazón. El cambio de ubicación provocó la modificación del recorrido en la procesión del Descendimiento. Este acto conmemora el encuentro de la Virgen María con el cuerpo de su hijo recién descendido de la cruz.

En 1988 la Junta Directiva decidió lanzar una campaña para fomentar el ingreso de nuevos cofrades promocionando su actividad tanto en el Colegio como en el Sagrado Corazón, pero fundamentalmente entre amigos y familiares. En 1990 se alcanzó el medio millar de miembros, coincidiendo con el año en que la Cofradía celebraba el 50 aniversario de su fundación. Aprovechando esta celebración, tuvieron lugar varios actos y actividades, destacando un concierto de música sacra. También con motivo de esta celebración se acordó la adopción de una obra social como actividad propia. Se elige ‘Fe y Alegría’ por su carácter educativo, cristiano y su vinculación con la Compañía de Jesús.

En 1994 se redactaron y aprobaron nuevos estatutos, adaptando el texto a las normas canónicas vigentes. Además, salió a la luz el primer número de la revista “Descendimiento, sus pasos” con artículos, opiniones y temas relacionados con la Cofradía.

Desde 1995 se celebra el Domingo de Ramos en el Colegio del Salvador la tradicional misa de palmas, donde los más pequeños son los encargados de poner sonido al inicio de la Semana Santa.

Un año de mucha actividad fue 1997, ya que se encomendó a la Cofradía organizar el pregón de la Semana Santa de Zaragoza nombrando pregonera a Dña. Paloma Gómez Borrero -periodista y corresponsal en el Vaticano durante muchos años-. La alegría de organizar ese acto, se vio empañada con la noticia de que la Iglesia del Sagrado Corazón cerraría sus puertas ese mismo año. Muy emocionante fue la salida de los cofrades en la Procesión del Descendimiento de 1997 sabiendo que, cuando esas puertas se cerrasen, ya nunca más se volverían a abrir para ser testigos de las procesiones de la Cofradía.

Desde entonces, es la Iglesia San Cayetano quien recibe a la Virgen de Las Lágrimas el Martes Santo, y el lugar de principio y fin de la Procesión del Descendimiento el Jueves Santo, gracias a las facilidades concedidas por la Hermandad de la Sangre de Cristo.

Desde el año 2007 se porta la imagen del Santo Cristo de la Buena Muerte –propiedad de la Cofradía desde 1997– con una peana en el Vía Crucis del Viernes de Dolores por el exterior del Colegio del Salvador.

En Diciembre de 2013, la Cofradía organizó el encuentro nacional de Cofradías del descendimiento en Zaragoza, teniendo lugar el traslado del Paso del Descendimiento desde la antigua Iglesia del Sagrado Corazón, hasta la Basílica del Pilar para presidir una solemne eucaristía en el altar mayor.

Entre los años 2014 y 2015 tuvieron lugar las celebraciones del 75 Aniversario de la fundación de la Cofradía, destacando la presencia de la Cofradía en la exposición conjunta realizada en la Iglesia de San Cayetano junto con la Cofradía de las 7 Palabras y San Juan Evangelista y, la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén. Además, tuvieron lugar dos eucaristías en el convento de Santa Catalina y en la Residencia La Milagrosa de las hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl en recuerdo del primer acto eclesiástico de la Cofradía y de la primera salida procesional. Cabe destacar también el emotivo acto realizado durante la procesión del Santo Entierro de 2014 en el que miembros de la Sangre de Cristo fueron los encargados de sacar a la calle el Paso del Descendimiento desde la Iglesia de Santa Isabel.

En la actualidad, la Cofradía cuenta en sus filas con más de 1200 miembros y, cada Semana Santa, los cofrades de la Cofradía del Descendimiento de la Cruz y Lágrimas de Nuestra Señora acompañan emocionados y orgullosos por las calles de Zaragoza a Cristo en su Descendimiento y a la Virgen en su tristeza y dolor.

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